Todo el proceso inicia cuando las abejas Apis Melífera, recolectan el polen de las flores, para esto utiliza sus patitas que tiene unas vellosidades, la abeja va formando unas bolita con el polvo de polen que pega a estas vellosidades, de esta forma y de manera natural realizan la polinización, pero la intención de la abeja es el almacenar este polen en las celdas de su colmena agregando enzimas digestivas producidas por ellas mismas, una capa de néctar y bacterias que producen en su flora intestinal. Las abejas se aseguran de poner esta fuente de alimento justo a los costados de donde se encuentran los huevos y cría de la colmena para utilizarlos después para alimentarlas, también de esta manera se aseguran de mantenerlo a una temperatura de entre 33ºC a 36ºC, en donde a través de los días sufre una serie de transformaciones gracias a la humedad, temperatura y a los microorganismos y enzimas que les fueron agregadas al inicio de su proceso.
Esta transformación se lleva a cabo en cuatro etapas, la primera dura alrededor de 12 horas, en la cual se presentan microrganismos como bacterias lácticas, aerobias y levaduras; en la segunda etapa surgen las bacterias anaerobias, que utilizan factores de crecimiento sintetizados por levaduras y bacterias, ocasionando un descenso en el pH del polen incrementado el contenido de vitamina B. En la tercer etapa los microorganismos comienzan a desaparecer ya que son incapaces de tolerar el pH alcanzado y a raíz de esto se incrementan las bacterias lácticas tipo Lactobacillus kunkeei y Fructobacillus fructosus que a su vez favorece la producción del ácido láctico. La ultima etapa comienza en el séptimo día, con un pH alrededor de 4, destacándose la reducción del contenido microbiano, permaneciendo únicamente algunos microorganismos resistentes a condiciones adversas, bacterias lácticas y levaduras, de esta manera queda listo para su consumo dentro de la colmena.